sábado, 26 de enero de 2008

El otro oficio

A mi amiga la chica, le ha dado con fantasear que otro oficio- aparte del oficial- podría haber desempeñado. Lo bueno de esta ilusión es que le ha permitido pasar por escenarios tan distintos como el Preunic o el Hotel Ritz.

La chica está segura que en ambos lugares habría hecho un excelente trabajo, detrás del mostrador del Preunic habría sido una gran orientadora de productos de belleza y en el Hotel Ritz una protocolar anfitriona.

Después de escucharla tantas veces hablar de sus fantasias laborales, no pude evitar imaginarme en otro oficio. acá van mis altenativas
1.- arsenalera
2.- chef
3.- peluquera

miércoles, 16 de enero de 2008

Manos amarillas


Todos los veranos hago lo mismo.... pruebo nuevamente la crema autobronceante que por supuesto no me deja un tono fascinante, sólo las manos bien manchadas de amarillo.

Empezando enero inicó una frenética rutina de bronceado que siempre termina mal, ya sea por las manchas o los colores pocom reales.


Ahora que reconocí una de las piedras con las que me topo una y otra vez en la vida, pensé cuales son las otras piedras con las que siempre nos tropezamos??


1.- Cortarnos el pelo después de romper una relación

2.- Guardar el pantalón que nos queda chico prque vamos a adelgazar

3.- Contestarle el teléfono al ex...

martes, 15 de enero de 2008

y dicen que leen


Subí en Manuel Montt, el metro iba atestado… como siempre a las 6 con 40. sumergida en la masa corporal que reúne a la clase trabajadora con la escolar comencé a desesperarme. A mi lado inmediato iba el gordito futbolero del curso… los pelos bien parado, los cachetes rojos y la transpiración cayéndoles de las patillas.
Trate de desviar mi atención, pero respirando en mi espalda alguien comía chicle. Como vaca rumiando, habría dicho mi madre y entonces comenzó hacer globos y reventarlos rápidamente. Pensé que nada peor podría sucederme. Finalmente estaba en Baquedano, comienzo mi frenética bajada de escaleras para escapar de la jungla, cuando escucho a dos amigas conversar, el dialogo era acerca del libro que una de ellas leía y que por supuesto no recordaba el título, pero le relata la historia, la cual califica de muy tierna, el libro trataba de un príncipe que vivía solo en un planeta y regaba su planta.
Quise voltear y golpearla por no saber el nombre del libro, luego recordé “el lado oscuro del corazón” cuando el protagonista le pregunta a una cajera si conoce a Benedetti y ella le responde: ¿trabaja aquí?